2015_BV_PadMessico_37

Possessing Nature

En colaboración con

Luis Felipe Ortega para el Pabellón de México en la Bienal de Venecia de 2015

Curadora

Karla Jasso

Ficha técnica

Possessing Nature, 2015. Metal, bombas, sistema electrónico, agua y proyección de video

DETALLES DEL PROYECTO

Possessing Nature es un emplazamiento donde el espectador es convocado a realizar un viaje por las derivas históricas de la modernidad; por esas derivas cuyo comienzo, si es que lo tiene, habría que colocarlo en el punto donde la naturaleza aparece como un objeto apropiable por el hombre y donde la técnica deviene en medio y modo de producción a partir del cual se aliena el trabajo y la vida.

Concebida en los borramientos entre la escultura, la instalación, el arte sonoro y el arte visual, concebida también en los límites entre el urbanismo, la arquitectura y la ingeniería; Possessing Nature habrá que pensarlo como un sistema constructivo, un aparato estético y un dispositivo histórico-político que trae al presente las relaciones entre tecnología, modernidad, capitalismo y globalización.

Como sistema constructivo en esta pieza, Tania Candiani y Luis Felipe Ortega, hacen de los cálculos técnicos de la ingeniería hidráulica una potencia creadora, al punto que todos los elementos que la conforman (agua, canales, cisternas, acero, tuberías, bombas de presión, instalaciones eléctricas, sistemas electrónicos de programación y proyección de imágenes) funcionan al mismo tiempo como poética y como índice histórico del desarrollo de la tecnología. Visto así, el sistema constructivo de Possesing Nature habrá que entenderlo como un carácter, es decir como una suerte de temple, en este caso material, en el que el emplazamiento en el espacio de la Sala de armas determina una condición de experiencia estética donde la tensión entre historia y naturaleza acontece en el cuerpo del espectador como inmensurable.

Un aparato estético a diferencia de una herramienta o una máquina no se explica por su uso ni por la relación que éste guarda con las formas del desarrollo y el progreso. Lo que lo determina como estético son la función, la concretización y la enervación, es decir la relación que una tecnología como poesis guarda con los caracteres vital, existencial e histórico del entorno en el que surge.

En este contexto Possesing Nature hay que verlo como una construcción, una escultura y un grabado; leerlo como un mapa, una traza y una escritura; y escucharlo como una caja de percusión acústica y un órgano musical de fuelles donde las exclusas son otra forma de manejar la fuerza y la presión, ya no del aire, sino del agua. En el punto donde el volumen espacial deviene en ruido y éste en opresión física; ahí, la escala –como la paradoja de Alicia– puede ser más grande y más pequeña al mismo tiempo; el sonido ser un lamento de la naturaleza o la estridencia de la modernidad y la gráfica un sentido o un enigma. Concebido como sistema paradójico de signos y de fuerzas en tensión, la estética de Possessing Nature se soporta sobre el pathos elemental de la ingeniería hidráulica. A saber, la necesidad humana de contener aquello que siempre le escapa: el agua.

Possessing Nature es en sí mismo una crítica histórico-política a las formas de la modernidad globalizada, particularmente a su desarrollo poscolonial. Conformada por múltiples rastros de elementos plásticos y espectrales, Possesing Nature despliega sus índices históricos en dos niveles; como imágenes afección y como imágenes espectrales.

Como imagen afección habrá que percibirla, al mismo tiempo, como un sistema de acumulación de agua y como un drenaje. Su sistema constructivo, su escala, sus materiales son huellas históricas de las formas de la ingeniería hidráulica del siglo XX. Possessing Nature materializa en su potencia afectiva la paradoja de la modernidad, o para decirlo con Benjamin: “… no hay documento de civilización que no sea el mismo tiempo documento de barbarie”.

Esta paradoja nos propone Possessing Nature leerla en sus imágenes espectrales. En el punto donde el agua se hace evidente, en la pequeña cisterna que la contiene, los fantasmas de la modernidad se hacen presentes. Este aljibe cisterna funciona como pantalla o mejor aún como lugar de destello de los espectros de dos ciudades donde la modernidad ha fracasado: Venecia y México. En este espejo/pantalla van y vienen imágenes de los canales venecianos suspendidos en la historia e imágenes del sistema de drenaje ya desgastado de la Ciudad de México. En el vértice en el que dos sueños de agua se encuentran, se levanta la paradoja llamada Possessing Nature.

 

Karla Jasso