Tania Candiani

La Constancia Dormida  consistió en una ocupación temporal de la fábrica  “La Constancia” (la segunda fábrica textil más grande de América Latina en ese entonces ya en abandono). Tomando como punto de partida la labor como antídoto contra el abandono, este proyecto consistió en vivir y trabajar durante un mes en uno de los espacios de la fábrica, con la intención de despertar del letargo a esta fábrica dormida.

Durante el periodo en el que Tania Candiani habitó este espacio, se bordaron 400 metros de textos y se diseñaron 30 vestidos que funcionaron a manera de ilustración de un cuento. Una vez pasado este tiempo, la artista abandonó el taller dejando el trabajo concluido y el sonido de la máquina de cocer en un ciclo continuo.

Esta ocupación temporal, fue el punto de partida para otras reflexiones de Tania Candiani sobre el trabajo, la desaparición de los oficios y la obsolescencia de la maquinaria.