DETALLES DEL PROYECTO
Para realizar esta obra, Tania Candiani visitó una Nopalera y se envolvió con ocho metros de tela tejida a mano, caminó alrededor de la nopalera y trituró la cochinilla en la tela hasta que quedó completamente manchada.
La cochinilla es un insecto domesticado en México que vive en la superficie de los cactus, la cual se ha cultivado desde la época prehispánica por su tinte rojo. La cochinilla proviene del Náhuatl “Nocheztli”, que significa sangre de tuna, y todavía se usa para teñir textiles, colorear cerámica, dibujar en murales y en papel de corteza.
La pintura, a través del pigmento de la cochinilla, denuncia la brutalidad y el dolor. Actúa como una urna para los insectos y pretende mostrar el valor cultural de este tipo de pigmentación.
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