Los ojos bajo la sombra Gerson Díaz 4

Los ojos bajo la sombra

Curador

Adonay Bermudez

Créditos

Productor: Acaymo S. Cuesta, Texto: Virginia Roy, Investigación: Gerardo Zapata

DETALLES DEL PROYECTO

En Los ojos bajo la sombra, parte de la producción de la grana cochinilla y su relación histórica con Canarias. El título proviene de un texto de principios del siglo XX que narra la labor de las trabajadoras canarias en los campos y el valor de esta materia prima en la época. La grana cochinilla es un insecto domesticado en México y otros lugares de América que parasita en los nopales. Las hembras adultas se reproducen en las pencas del nopal, se extraen posteriormente, se secan y trituran para obtener el pigmento rojo. Llamado en lengua náhuatl nocheztli (sangre de tunas), el colorante se emplea para la tinción de distintos materiales como cerámica, y especialmente en textiles y pinturas.

La obtención de la grana cochinilla la realizan mayoritariamente las mujeres, que  construyen una relación de cuidado y protección con el parásito. Hembras insectos cuidadas por hembras personas y cultivadas en un ciclo de producción y reproducción. Así, el pigmento proviene de lo vivo, de su relación con otras especies y con la violencia de su molienda. Como en otras piezas como Camuflaje o Molienda, Candiani aborda la noción del trabajo colectivo de las mujeres y las condiciones laborales que establecen en lo que denomina las “coreografías de la labor”. La presencia femenina y su fuerza de trabajo como herramienta productiva resultan imprescindibles para entender la manufactura y confección del pigmento. 

La grana cochinilla se importó desde América ya en el S.XV y supuso una importante fuente de ingresos para la corona española, junto con la plata y el oro, lo que le valió el apodo de “oro rojo”. Las rutas de explotación de la colonia se intensificaron en los siglos siguientes, propiciando rutas comerciales de importación a Europa y abundantes flujos de migración. En el S. XIX, la grana se introdujo ampliamente en Canarias, pues el clima de la isla favorecía la siembra de los nopales. Ante la crisis de los cultivos del azúcar y vid en las islas, la producción de la grana representó una oportunidad para el auge de la industria textil en Europa y la fascinación subsiguiente por el colorante. 

La presencia literal del pigmento en esta pieza evoca el intercambio comercial desde la época colonial y el despojo del territorio. Los mapas abstractos teñidos de rojo señalan la violencia de esas fronteras coloniales y la fuerza política que representa el rescate de esta materia prima. Como una nueva manera de habitar la cartografía y la historia,  los tejidos devienen cicatrices de un relato camuflado que emerge proponiendo nuevas texturas y lecturas del lugar. 

Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, vista general. Foto de Bruto Studio.
Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, vista general
Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, detalle. Foto de Bruto Studio.
Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, vista general. Foto de Bruto Studio.
Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, vista general. Foto de Bruto Studio.
Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, vista general. Foto de Bruto Studio.
Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, vista general. Foto de Bruto Studio
Los ojos bajo la sombra. XI Bienal de Lanzarote, vista general. Foto de Gerson Díaz.